El título de este post afirma que yo soy un otaku y no es una etiqueta que yo me haya colocado sino que han sido Saya y Tori los que me han metido en ese saco. Cabe decir que es para mi todo un honor que dos japoneses me consideren un otaku.
La verdad es que mi interés por Japón no se limita solo a su extraordinaria cultura del cómic, sino que poco a poco se expande como una mancha de aceite. Los que hayáis probado la comida japonesa no podréis negarme que es exquisita, habrá a quién no le guste, como en todo. Alguna vez ya he hablado del buen hacer de Saya en la cocina, incluso he llegado a proponerle matrimonio (de broma claro). Ahora bien, lo que me está empezando a obsesionar es la forma de funcionar que tienen socialmente hablando los japoneses. Gracias a Kirainet me voy enterando de cosas pero lo que quiero realmente es verlo con mis propios ojos, tengo unas ganas locas de viajar a Japón y más ahora que hemos hecho muy buenos amigos, quizás el año que viene o dentro de dos, ya veremos.
Volviendo al tema central del post casi todo el mundo ha tenido su época otaku, incluso nuestros padres, sino Heidi habría pasado sin pena ni gloria en vez de quedar grabado perpetuamente en la memoria de estos, y sino haced la prueba, preguntadles si se acuerdan de Heidi y de la canción "abuelito dime tu" y observad la cara de tonto que se les pone.
Los de mi generación, veintitreinta, quién más quién menos ha estado enganchado a Dragon Ball, al menos a la primera temporada. El otro dia deambulando por internet di con el cojín ideal para nosotros, quién no hubiese querido tener un "núvol kington", otra cosa es cuantos de nosotros hubiésemos podido sentarnos encima ;)
un medio de transporte rápido,barato
y respetuoso con el medio ambiente
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