lunes, 30 de julio de 2007

Adeu Eva

Siguiendo con las despedidas esta vez le ha tocado a Eva. No os había hablado antes de ella porque apenas hace dos semanas que la conocimos y porque últimamente tengo el blog algo abandonado. Es una barcelonesa afincada desde hace nueve años en Berlín, es traductora y vino a Chengdú a darle un pequeño empujón a su chino.
La verdad es que desde que Ruth y yo la conocimos prácticamente no nos hemos separado,
le hemos estado enseñando esos rincones de Chengdú que no aparecen en los mapas, esos que se descubren a base de patear las calles un dia tras otro. Y ella lo ha aprovechado la verdad, casi deja sin existencias las tiendas de Chengdú.
Nos llevamos a otra amiga que seguro volveremos a ver, ya sea porque ella vaya a Barcelona o porque nosotros visitemos Berlín. Que pequeño es el mundo a veces.

haciéndose la manicura en un salón de belleza
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viernes, 27 de julio de 2007

Adios Tori

Pues ya solo quedamos unos pocos por Chengdú, ahora mismo acabamos de despedirnos de Tori, mañana parte hacia Shanghai donde pasará un par de dias para finalmente regresar a Nagoya.
Estos dias hemos pasado bastante tiempo juntos, además hemos podido disfrutar también de la compañía de su madre que por cierto al llegar me ragaló una bola de dragón junto a las muñequeras de Goku, además de una bolsa de ganchitos de Bola de Drac Z y un par de galletas de chocolate también de la conocida serie manga, mañana o pasado si tengo tiempo ya os enseñaré unas fotos de todo el pack.
Igual que con Saya despedirnos de Tori nos ha dejado un nudo en la garganta, con un poco de suerte el verano que viene les haremos una visita a Nagoya, es una suerte que vivan en la misma ciudad.

Gracias amigos porque vosotros habéis conseguido que este año sea inolvidable.
谢谢你们都以后一定不能忘记你们的友谊。
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martes, 24 de julio de 2007

Beijing, la gran capital china. Cap.3

El tercer dia al habernos divorciado de nuestro grupo nos lo tomamos más tranquilamente, nos levantamos sobre las 9.00 y a eso de las 10.00 ya estábamos buscando un taxi para dirigirnos al palacio de verano de la Emperatriz, justo en la otra punta de la ciudad. Tardamos casi una hora en llegar debido al tráfico. Recuerdo que hacía mucho calor y como es normal había mucha gente pero nada que ver con la que nos encontramos en la ciudad prohibida hacía dos dias. Después de decir veinte veces a veinte personas distintas que no queríamos a ningún guía por muy bien que hablara el inglés pudimos entrar.
El palacio en sí es precioso, Cixi, que así se llamaba la viuda del emperador vivía rodeada de lujo, incluso mandó contruir un barco de mármol dedicado al ejército.
Debido al cansancio acumulado y al calor nos íbamos sentando allí donde podíamos, al menos las vistas eran magníficas. Un lago enorme lleno de barcas presidido por un paseo también precioso debía ser uno de los lugares favoritos de la emperatriz, de entre los árboles a veces parecía que llegaba una brisa fresca, además el pasillo que daba al paseo estaba lleno de ventanas desde las que se podía contemplar el lago, era curioso porque no había ninguna ventana igual a otra.
Era la hora de comer y todavía nos quedaba más de medio palacio por visitar así que decidimos comprar unas galletas para calmar un poco el hambre. Finalmente y tras dar muchas vueltas por el palacio llegamos a una especie de bosque al lado de un canal de agua por el que navegaban pequeñas barcas, nuevamente decidimos hacer un alto en el camino para refrescarnos y decidir que íbamos a hacer el resto de la tarde. Al día siguiente regresábamos a Chengdú así que era nuestra última oportunidad de disfrutar de la mágia de Beijing hasta no se sabe cuando de manera que decidimos terminar nuestra visita al Palacio de verano y tomamos el autobús público.
El tránsito en Beijing es bastante denso, además el autobús no tardó en llenarse. El aire acondicionado estaba encendido pero a mi me tocó sentarme al lado de la ventana donde daba el sol así que cada vez tenía más calor. Por lo menos iba sentado. Tras 45 minutos de autobús decidimos bajarnos cuando las calles empezaron a sonarnos. Solo queríamos encontrar un restaurante y como por arte de magia no había ninguno, caminábamos por calles y más calles y ni rastro alguno de un solo restaurante. Finalmente encontramos uno especializado en JiaoZi, raviolis chinos. No nos lo pensamos y entramos dispuestos a terminar con todos los JiaoZi del local. Después habiendo saciado el hambre proseguimos con nuestro paseo por la ciudad. Para resumirlo rápidamente nos pasamos toda la tarde de compras y disfrutando de la ciudad hasta la hora de cenar. Mientras cenábamos recordamos que el día anterior un taxista nos había hablado de una zona muy bonita donde ir a tomar unas copas así que nos fuimos para allá y resultó ser una decisión muy acertada. La zona en sí estaba llena de locales, en todos había música en directo, se trataba de un paseo a orillas de un lago enorme, después de pasear durante un buen rato y de investigar por todos los locales nos decidimos por uno y estuvimos charlando casi hasta la una de la madrugada. Cuando ya no pudimos más del cansancio buscamos un taxi hasta el hotel.

en el palacio de verano de la emperatriz, recuerdo que hacia mucho calor




frente a la embarcación de mármol dedicada al ejército, no hace falta
que diga que no está pensada para navegar, el mármol no flota



Lluís cazando moscas, su técnica es muy refinada, se mantiene inmóvil
con la boca abierta a la espera de que alguna mosca pase despistada por
delante suyo o que directamente se pose por decisión própia dentro de su boca.
Todo un especialista




en un cómodo y refrescante local de los muchos que hay en Beijing


Vista desde la terraza de un bar muscial de la zona más chic de Beijing

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Al dia siguiente no recuerdo a que hora nos levantaron, era el último dia y teníamos que regresar a Chengdú por lo que la guía nos dijo que debíamos ir junto al grupo para no tener problemas y llegar todos juntos al aeropuerto, ningún problema, ya nos habíamos salido con la nuestra eso sí, para este último dia nos tenian preparada una última sorpresa en forma de, a ver si adivináis, sí una estupenda y hermosa tienda de jarrones, platos y elementos decorativos chinos diversos. No opusimos resistencia y participamos de la visita a nuestra manera. Estuvimos allí dentro casi una hora y media.
La siguiente parada era el aeropuerto, nos daba pena dejar Beijing pero por otro lado estábamos un poco cansados de estar tan controlados. En parte teníamos ganas de terminar el viaje pero no iba a ser tan fácil. Al ir a buscar los billetes nos volvimos a encontrar con el mismo problema que en Chengdú, nusetros nombres estaban mal escritos y lo que en Chengdú no pareció ser un gran problema, al fin y al cabo tardaron 40 minutos en solucionarlo aquí hubo momentos que pensamos que nos tendríamos que quedar en Beijing. No quiero explicar nada más sobre el tema, solo que la oficina de Chengdú demostraron ser unos completos incompetentes e inoperantes y que si no llega a ser por la guía vete tu a saber cuando habríamos podido volver a nuestra casa.

Tres días después de regresar a Changdú Lluís y Guillem volaron hacia Barcelona, solo me queda decir que me lo pasé muy bien pese a lo cansino que puede llegar a ser Gulliem, jejeje, es broma, la verdad es que todo fue muy bien, hacía tiempo que no me divertía tanto, sin lugar a dudas tanto Lluís como Guillem son unos excelentes compañeros de viaje. Tras su marcha nos pasó como con la marcha de Saya, era como si nos faltara algo. Una de las primeras cosas que haré al llegar a Barcelona, que por cierto es dentro de un mes, será intentar organizar una cena con ellos dos, a ver si tienen tiempo porque se que van algo atareados, sobretodo Lluís. XD

Y bien, así termina nuestro viaje inolvidable a la capital China, me quedo con la sensación de que algún dia volveré a Beijing, la pregunta es ¿cuándo?

miércoles, 18 de julio de 2007

Minto Café

Hace unas semanas os hablé de Minto café, un establecimiento de primera donde poder pasar un buen rato tomando un café, cenando, mirando una película en la sala de proyecciones o porque no trabajando.
El establecimiento en si tiene 1500 m2 repartidos en una planta, suficientes para encontrar el espacio ideal en el que sentirte cómodo. El trato de las camareras es excelente, incluso tuvimos oportunidad de conocer a la pianista, una chica guapísima a la que le caimos en gracia.
Para que os hagáis una pequeña idea de lo que os estoy hablando aquí os dejo unas cuantas fotos.


de 19.00 a 20.00 hay música en directo


un rincón precioso donde tomarse un té
también se puede estudiar o trabajar muy cómodamente
como podéis comprobar el entorno es inmejorable
detalle de una de las terrazas
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sábado, 14 de julio de 2007

China greatest hits

Ahí van unas cuantas canciones en descarga directa de lo que está más de moda por China en estos días de verano:
看音乐(Kan guo lai)
勇气(yong qi)
月亮代表我的心(yue liang dai biao wo de xin)

viernes, 13 de julio de 2007

1.340.000 firmas contra el canon digital

"La plataforma contra el canon entrega 1.340.000 firmas en el Ministerio de Cultura" (fuente:El País)
Y entre ellas la mía.

Hace cuatro días sabíamos que Ramoncín tras veinte años se vió obligado a abandonar la Junta Directiva de la Sociedad Recaudadora de autores y editores ya que sus estatutos no permiten a una persona fromar parte de ella más de dos legislaturas y ni corto ni perezoso soltó con su lábia habitual lo siguiente: "Cuando entramos, la SGAE recaudaba poco y mal. Hoy recauda mucho y bien" (fuente: El País)
Por cierto que está preparando un nuevo disco.

jueves, 12 de julio de 2007

Beijing, la gran capital china. Cap.2

El teléfono nos despertó a las cinco de la madrugada, a las seis debíamos estar duchados, desayunados y subidos al microbús. Al preguntarle a la guía porque teníamos que levantarnos tan pronto nos contestó que así no hariamos colas en las visitas a los monumentos, como ese dia teníamos que visitar la gran muralla China y el dia anterior había ido tan bien y ciertamente no habíamos tenido que esperar en ningún lugar nos sentamos y todavía dormidos corrimos las cortinas porque nos molestaba la luz.
Más o menos estuvimos criculando 40 minutos, nos dirijíamos a las afueras de Beijing, como puede una ciudad ser tan grande.
Cuando se detuvo el microbús no lográbamos entender muy bien donde estábamos, aquello no era la gran muralla China, entonces ¿dónde estábamos? Nos hiceron bajar a todos y nos llevaron dentro de un edificio, resulta que estábamos en una tienda de jade. ¿Nos habíamos levantado a las cinco de la mañana para estar a las siete en una tienda de jade? !No te jode con el jade¡
Aquello había sido una jugarreta pero nos la tomamos con resignación, visitamos la tienda, que por cierto era enorme y tal y como entramos salimos, tuvimos que esperar una media hora a que nuestros compañeros de viaje terminaran con las compras para proseguir con nuestro camino. La tienda por cierto estaba preparada de tal modo que para salir debías pasar por todos y cada uno de los mostradores, en cada mostrador había una vendedora que intentaba llamar nuestra atención, no obstante parecían más sorprendidas ellas de ver a cuatro estrangeros en su tienda que nosotros de estar allí dentro. Por lo visto los viajes organizados en China funcionan de esta manera, lo que ya no es tan normal es que estrangeros contraten este tipo de viajes, destinados casi exclusivamente al chino. El tema es el siguiente, los viajes en sí son baratos, muy baratos, vamos tirados de precio para que negarlo, por ejemplo nosotros pagamos desde Chengdú 1700 yuanes por persona, lo equivalente a 170€ por todo el viaje, este precio incluye el avión, el hotel, los desayunos y tres comidas, si tenemos en cuenta que el billete de avión son 140€ no hace falta ser muy listo para darse cuenta que los 30€ restantes no dan para sufragar el resto del viaje, de manera que se valen de estas "artimañas" para que les salgan las cuentas. Es decir, te llevan por diversas tiendas conpinchadas para que compres, la tienda se asegura un flujo constante de clientes y la agencia se lleva un porcentaje de lo que hayan comprado las personas que hayan llevado. Finalmente y cuando todos nuestros compañeros salieron de la tienda nos pusimos en marcha hacia la gran muralla china.

levantarnos a las 5 de la madrugada para ver esto, !manda huevos¡
Como sucede con este tipo de monumentos tan grandes la ves mucho antes de llegar. Desde la lejanía ya se la veía serpentear entre las montañas. Como todo en China la muralla es grande, muy grande y no solo en tamaño sino también en belleza. Teníamos casi dos horas para caminar por la gran muralla, suficientes para llegar por lo menos hasta donde nos llegaba la vista y regresar cuando el hambre empezase a apretar.
Como no podía ser menos la gran muralla china tiene una puerta enorme, es tan maravillosa que Lluís anonadado por tanta belleza casi se parte la crisma al tropezar con un enorme bloque de piedra que había en el suelo. Estas cosas pasan sobretodo si no te fijas por donde vas. Una vez nos recuperamos los dos, él del susto y yo de la risa pudimos iniciar la visita.
El sol apretaba de lo lindo que unido a lo empinado de las escaleras en según que zonas de la muralla hacía que las piernas pesaran más de la cuenta. La verdad es que mientras vas subiendo estás más pendiente de llegar arriba de ver lo que te rodea, eso sí, una vez por fin estás en la parte más alta te relajas y disfrutas de la vista. Si vista desde abajo era bonita estar arriba es como cabalgar a lomos de un gran dragón volador. No me extraña que hace apenas una semana la nombraran una de las nuevas 7 maravillas del mundo, sin lugar a dudas un premio bien merecido. Después de hacer unas cuantas fotos y de difrutar del paisaje llegó la hora de ir a comer así que todos al microbús.
haciendo el tonto en la entrada a la gran muralla china

impresionante fondo
la gente nos pedía hecerse fotos con nosotros,
de esta me escapé por los pelos

señora con paraguas paseando por la gran muralla
la muralla se pierde más allá de donde la vista alcanza



haciendo el gilipollas
Lo que iba a venir despúes poco nos lo esperábamos, con un hambre de toro nos llevaron de compras a una especie de supermercado trampa, nada más llegar nos hicieron bajar del bus, había tanta gente que nosotros cuatro intentamos quedarnos dentro del autobús, cosa que la guía no nos dejó. A regañadientes entramos en aquel manicomio, era esperpéntico, estaba lleno de gente por todas partes, casi no se podía dar un paso sin tropezar con alguien. Tras dos minutos de estar allí dentro sentimos tal claustrofobia que intentamos por todos los medios encontrar la salida despesperadamente, algo que resultó harto complicado pues los mostradores estaban dispuestos de tal manera que era imposible llegar a la salida sin recorrer todo el supermercado. Como un día aquello se incendie no se podrán salvar ni las ratas.
Finalmente pudimos salir de aquel infierno para ir a parar nuevamente al autobús. La gente tardó más de la cuenta en salir del supermercado, con todo habíamos perdido una hora en aquel lugar y encima teníamos hambre. Una vez toda la tropa estaba en el autobús nos dirigimos a comer y esta vez sí, que por cierto era el restaurante que había en la primera tienda, la de las piedras de jade, ¿no te jode? toda la mañana dando vueltas para ir a parar al mismo sitio, pues digo yo que puestos a dar por culo (con perdón) que nos hubieran llevado primero al supermercado y luego a la tienda de jade si sabían que luego teníamos que comer allí mismo, ¿o es que quisieron llevarnos al supermercado con la barriga vacía para que compráramos a ciegas todo lo que se nos ponía por delante? En fín, paciencia.

La paciencia fué precisamente lo que se nos acabó tras abandonar el restaurante y ver que nuevamente nos llevaban a otra tienda, esta vez de perlas y medicina china. Primero discutimos porque no queríamos bajar del autobús y finalmente, una vez accedimos para no liarla demasiado acabamos explotando cuando intentaron hacernos entrar en una pequeña sala para hablarnos sobre las bondades de sus medicamentos. En cuanto vi aquel pasillo lleno de puertas y que nos querían meter en aquella habitación sí o sí me negué en redondo y exigí que me indicaran por donde estaba la salida. Al abrir lo que parecía la puerta de la salida nos encontramos nuevamente con la misma disposicón de mostradores en forma de "S" donde unas señoritas pretendían llamar tu atención para que compraras medicamentos, pero ni rastro de la salida. Nos estábamos empezando a poner nerviosos, eran las 15 o las 16 de la tarde, nos habíamos levantado a las 5 de la mañana y solo habíamos pasado 2 horas en la muralla china. El remate del tomate vino cuando la guía nos dijo que según el contrato estábamos obligados a entrar en aquella sala o a pagar 20 yuanes cada uno, aquí ya no pudimos más y lógicamente explotamos. No por el precio, en total 80 yuanes, que por otro lado con 80 yuanes en Beijing pasa una tarde muy agradable en cualquier terracita tomando un té o unas cervezas, sino por el hecho de tener que pagar por nuestra libertad y vernos en todo momento obligados a pasar por el tubo. La cosa se iba calentando hasta el punto que la guía de otro grupo, que supongo que ya se conocen todas se unió a nuestra guía para ayudarla a dominar la situación. No consiguió su cometido y acabamos saliendo los cuatro fuera del recinto. Nosotros no queríamos enfadarnos con la guía ya que sabíamos que ella hacía lo que la agencia le exigía, además también sabíamos que para los chinos esa es la forma normal de viajar, es más, les gusta que les lleven "de tiendas". Finalmente le dijímos a la guía que nuestra intención era la de proseguir el viaje por nuestra cuenta, que llamara a nuestra agencia en Chengdú y que arreglara las cosas porque estábamos hasta el gorro de ellos. Llamó a la agencia pero no sacábamos nada en claro así que Ruth pidió a la guía mientras esta estaba hablando con nuestra agencia que le pasara el teléfono. Yo creo que a la chica que había al otro lado del teléfono hoy, una semana después, todavía le están temblando las piernas.

Tras firmar una renuncia del contrato asumiendo que éramos responsables de lo que nos pasara a partir de ese momento por fin éramos libres. Acto seguido nos subimos al autobús y éste nos llevó al centro de Beijing. Éramos dueños de nuestro tiempo, podíamos andar por donde quisiéramos sin que nadie nos molestara. De hecho ya habíamos visitado los monumentos más representativos de Beijing, estábamos realmente cansados así que decidimos ir a tomar un té fresquito a una terracita que habíamos visto la noche anterior.

Tras descansar un poco pensamos que íbamos a hacer, el plan era claro, pasear un rato por la zona donde estábamos, buscar un buen sitio para cenar y ver nuevamente la plaza de Tiananmen pero esta vez de noche. Dicho y hecho. Si ya me gustaba Beijing del día anterior esta tarde acabó por robarme el corazón. Definitivamente me gustaría vivir en esta ciudad, lástima que haga tanta calor y humedad, pero bueno en comparación Barcelona no se diferencia demasiado en este aspecto.

Si de día la puerta de la paz celestial es bonita de noche, iluminada lo es el doble. A la plaza no se puede acceder, pues la cierran al público. De lejos se ven soldados patrullándola. Antes habíamos estado paseando por la zona más céntrica, disfrutando de las hospitalidad de los pequineses, disfrutando de los contrastes a los que ya nos tiene acostumbrados China. Solo hace falta desviarse unos metros entre dos grandes edificios llenos de luces para adentrarse en otra ciudad, más pequeña pero no por ello menos espectacular. Por momentos me recordaba a Blade Runner, me pregunto como será Hong Kong o Shanghai. ¿Conseguirán aunar en una misma ciudad tradición y modernidad de la misma manera que lo hace Beijing? De momento me tendré que quedar con la duda.

Y de esta manera transcurrió nuestro segundo dia en la capital china, algo más accidentada que la primera jornada pero que finalmente nos dejó un buen sabor de boca. A la mañana siguiente nos esperaba el palacio de verano de la emperatriz, en plena ciudad de Beijing aunque en la otra punta, pero eso ya os lo contaré mañana o pasado. Os dejo con las fotos.
curioso autobús eléctrico, funciona como un autodechoque
Dia, cada precio es una oferta
un momento de relax en un excelente café cercano a la zona céntrica de Beijing

fiiiiuuuuuuuuuu!!!!
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martes, 10 de julio de 2007

Aviso a nuestros amigos

Hola a todos y especialmente a todas aquellas personas que os estáis poniendo en contacto con nosotros ya sea porque tenéis previsto visitar Chengdú en las próximas semanas o porque tenéis dudas sobre algún tema relacionado con China.
Os recordamos que desde China no podemos ver nuestro blog porque están censurados, es decir, si os ponéis en contacto con nosotros mediante un comentario en el blog este nos llega pero no podemos responder a no ser que nos hagáis llegar vuestra dirección de correo junto al comentario.

De todas formas el mejor método para ponerse en contacto con nosotros es hacerlo directamente desde nuestro perfil. Como podréis comprobar en el primer apartado de la parte de la derecha hay una sección titulada contribuyentes, haciendo click sobre uno de los nombres ya sea el mio o el de Ruth accederéis a nuestro perfil desde el que podréis enviarnos un email directamente a nosotros volviendo a clicar sobre nuestro nombre.

De todas formas y para hacerlo más fácil podéis enviar un email directamente a danferman arroba gmail punto com, es mi correo personal, andamos bastante ocupados pero estaremos encantados en ayudaros en todo lo que nos sea posible.

Un abrazo a todos y a todas.

lunes, 9 de julio de 2007

Beijing, la gran capital china. Cap.1

Capítulo 1:

Bueno, todavía no hace ni una hora que Lluís y Guillem han iniciado su viaje de regreso que ya estoy aquí delante para narraros lo que ha sido sin duda alguna una gran experiencia en todos los sentidos. De hecho han pasado tantas cosas que lo mejor será empezar por el principio.


Saya remató nuestra despedida con un gran
UNKO, que es como se dice cagarro en japonés

La primera de las sorpresas nos esperaba nada más abrir la puerta de casa para ir hacia el aeropuerto, Saya y Miho de las que nos habíamos despedido hacía apenas unos minutos sin saber cuando nos íbamos a volver a ver nos habían preparado un regalito sorpresa al más puro estilo japo, realmente simpático. No os podéis llegar a imaginar cuanto echamos de menos a Saya.

En la entrada nos esperaba nuestro chófer oficial con el que previamente ya habíamos quedado en que nos llevaría a Ruth, Lluís, Guillem y a mi al aeropuerto. El recorrido transcurrió sin incidencias, aunque no puedo decir lo mismo una vez llegamos al aeropuerto. Tras dar con la persona encargada de gestionar nuestros billetes, por si no os lo había dicho el viaje lo contratamos a través de una agencia china, nos encontramos con el primer problema. Al ir a recoger los billetes de avión nos dimos cuenta de que todos nuestros nombres estaban escritos erróneamente, todos, no se salvaba ni uno. En fin, después de 45 minutos de espera se acabó solucionando y finalmente pudimos subir al avión que nos llevaría hasta Beijing. Tras dos horas de vuelo llegábamos a la capital china a eso de las 19h.
En el aeropuerto de Beijing nos esperaba la guía y el resto del grupo con el que íbamos a compartir los siguientes cuatro dias. Nos subimos al microbus y como era de noche nos llevaron directamente al hotel, eso sí, antes de dejarnos en el hotel la guía nos torturó los oidos durante más de 40 minutos seguidos a través de los altavoces del microbus mientras nos explicaba un poco por encima la historia de Beijing.
Primera prueba superada, llegamos al hotel. Un edificio modesto pero limpio, confortable, viendo los alrededores parecia de lo mejorcito por la zona. Beijing está dividido en anillos, el más alejado es el quinto, nuestro alojamiento se encontraba precisamente en ese. Ya no hubo tiempo para más, cada uno se fue a su habitación y nos pusimos a dormir.

El dia siguiente empezó a las 6.30 cuando nos despertaron. Desayunamos churros, huevos duros para los más valientes y leche vegetal de cacahuete caliente.
La primera visita del día fue a la plaza de Tiananmen seguida del Gran Salón del Pueblo, donde se reúne actualmente el Congreso Nacional del Pueblo y finalmente la Ciudad Prohibida. Que deciros, simple y llanamente inmenso, la famosa plaza parece no tener fin, era pronto y todavía no había demasiada gente no obstante mirases donde mirases veias diminutas figuras caminando a lo lejos, un grupo de soldados que se acercaban en fila al son de un paso firme sin desviarse ni un milímetro como si se trataran de un solo bloque pasaron por nuestro lado sin pestañear.
Tras 20 minutos libres para pasear por la plaza visitamos El Gran Salón del Pueblo. La famosa imágen del auditorio con la estrella roja no pudimos fotografiarla porque estaban preprarando el escenario para una función de teatro, no obstante sí que pudimos entrar y ver lo enorme que es, hay que recordar que tiene capacidad para 10.000 personas, impresionante. Después de ver todas y cada una de las 29 salas volvimos a salir a la plaza ¿y como estaba la plaza? abarrotada.
Luego vino la Ciudad Prohibida pasando antes por la Puerta de la Paz Celestial, presidida por un enorme retrato de Mao. Gente gente y más gente por todas partes, la ciudad es muy bonita, es cierto, pero llena de gente hasta la bandera, lo que sigo sin entender es que los chinos estén viendo unos monumentos tan bonitos y se empeñen en hacerse fotos con nosotros, no deja de tener su gracia estar delante de la Puerta de la Paz Celestial, la del retrato de Mao y que te pidan hacerse una foto contigo, a mi no me importa sobretodo si se trata de un grupito de chicas, por mi encantado.



la plaza de Tiananmen, la presencia del ejército es constante


esta foto me gusta especialemente, se trata de la Puerta de la Paz Celestial


dos tontos muy tontos y uno con la mano en la cabeza


la Ciudad Prohibida, un espectáculo digno de verse
Una vez dentro de la Ciudad Prohibida no tardamos mucho en separarnos del grupo no sin antes negociar con la guía, finalmente quedamos en reunirnos a la salida. Tras más de dos horas deambulando por la Ciudad nos fuimos a comer todo el grupo juntos.
Después de llenar el buche nos llevaron a un Hutong, se trata de una especie de zona residencial cerrada muy típica en Beijing. La gente vive en pequeñas casitas rodeadas de jardines y parques, este que visitamos nosotros era de los más bonitos. Muchos han desaparecido pero parece ser que las autoridades chinas han comprendido el valor no solo turístico que tienen estos barrios tan entrañables sino que son una parte importantísima de su cultura y los están intentando mantener. Tras la visita al Hutong nos llevaron al centro de Beijing a pasear, la idea era visitar la zona más comercial de la ciudad, nosotros volvimos a separarnos del grupo, quedamos con la guía que ya nos espabilaríamos para volver al hotel.
Esta era la nuestra, toda la tarde libre para pasear libremente por el centro de Beijing. Creo que fue en este momento cuando me enamoré de la ciudad. Beijing es un pedazo de ciudad, pocas veces me he sentido tan a gusto paseando por una megalópolis, la sensación era la de estar paseando por una ciudad grandiosa pero con la comodidad y las ventajas de los pueblos pequeños, siempre salvando las distancias claro. En solo dos noches que pasamos paseando por las calles de Beijing encontramos multitud de rincones, terrazas y lugares magníficos para pasar un buen rato comiendo, tomando un té o simplemente charlando con los amigos o leyendo un libro o revista. Después de cenar por todo lo alto Pato al estilo Pequín y otras muchas delicias y de pasear para digerir un poco la cena cogimos un taxi hasta el hotel.

Quisiera aprovechar este momento para hablar de los pequineses. En Chengdú tenemos muchos amigos norteamericamos y koreanos que han viajado a Beijing y todos, incluso los propios estudiantes chinos que aquí conocemos, nos habían hablado bastante mal de los Pequineses. !Todo mentira¡ Son encantadores, para deciros que incluso uno de los taxistas que nos llevó al hotel al ver que nos había gustado mucho la música tibetana que llevaba puesta acabó por regalarnos el cd de música. En fin, que no me importaría nada pasar una buena temporada en Beijing, de hecho nos lo estamos planteando, si dentro de uno, dos o tres años la empresa evoluciona favorablemente es más que probable que acabemos por ir a vivir a la capital una temporada, y si la empresa no funciona pues también, para que andarse con tonterias. Esa noche llegamos al hotel a eso de las 0.00 h, estábamos agotados, la verdad es que el primer dia en Beijing había sido maravilloso, nada que ver con lo que nos esperaría al dia siguiente, pero eso ya os lo contaré mañana.


una calle de un Hutong




una peluquería dentro del Hutong





detrás de los grandes edificios llenos de neones de la zona más céntrica de Beijing
puedes encontrarte con otra ciudad totalmente distinta, como en esta foto


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