sábado, 14 de julio de 2007
China greatest hits
看音乐(Kan guo lai)
勇气(yong qi)
月亮代表我的心(yue liang dai biao wo de xin)
viernes, 13 de julio de 2007
1.340.000 firmas contra el canon digital
Y entre ellas la mía.
Hace cuatro días sabíamos que Ramoncín tras veinte años se vió obligado a abandonar la Junta Directiva de la Sociedad Recaudadora de autores y editores ya que sus estatutos no permiten a una persona fromar parte de ella más de dos legislaturas y ni corto ni perezoso soltó con su lábia habitual lo siguiente: "Cuando entramos, la SGAE recaudaba poco y mal. Hoy recauda mucho y bien" (fuente: El País)
Por cierto que está preparando un nuevo disco.
jueves, 12 de julio de 2007
Beijing, la gran capital china. Cap.2
Más o menos estuvimos criculando 40 minutos, nos dirijíamos a las afueras de Beijing, como puede una ciudad ser tan grande.
Cuando se detuvo el microbús no lográbamos entender muy bien donde estábamos, aquello no era la gran muralla China, entonces ¿dónde estábamos? Nos hiceron bajar a todos y nos llevaron dentro de un edificio, resulta que estábamos en una tienda de jade. ¿Nos habíamos levantado a las cinco de la mañana para estar a las siete en una tienda de jade? !No te jode con el jade¡
Aquello había sido una jugarreta pero nos la tomamos con resignación, visitamos la tienda, que por cierto era enorme y tal y como entramos salimos, tuvimos que esperar una media hora a que nuestros compañeros de viaje terminaran con las compras para proseguir con nuestro camino. La tienda por cierto estaba preparada de tal modo que para salir debías pasar por todos y cada uno de los mostradores, en cada mostrador había una vendedora que intentaba llamar nuestra atención, no obstante parecían más sorprendidas ellas de ver a cuatro estrangeros en su tienda que nosotros de estar allí dentro. Por lo visto los viajes organizados en China funcionan de esta manera, lo que ya no es tan normal es que estrangeros contraten este tipo de viajes, destinados casi exclusivamente al chino. El tema es el siguiente, los viajes en sí son baratos, muy baratos, vamos tirados de precio para que negarlo, por ejemplo nosotros pagamos desde Chengdú 1700 yuanes por persona, lo equivalente a 170€ por todo el viaje, este precio incluye el avión, el hotel, los desayunos y tres comidas, si tenemos en cuenta que el billete de avión son 140€ no hace falta ser muy listo para darse cuenta que los 30€ restantes no dan para sufragar el resto del viaje, de manera que se valen de estas "artimañas" para que les salgan las cuentas. Es decir, te llevan por diversas tiendas conpinchadas para que compres, la tienda se asegura un flujo constante de clientes y la agencia se lleva un porcentaje de lo que hayan comprado las personas que hayan llevado. Finalmente y cuando todos nuestros compañeros salieron de la tienda nos pusimos en marcha hacia la gran muralla china.
Como sucede con este tipo de monumentos tan grandes la ves mucho antes de llegar. Desde la lejanía ya se la veía serpentear entre las montañas. Como todo en China la muralla es grande, muy grande y no solo en tamaño sino también en belleza. Teníamos casi dos horas para caminar por la gran muralla, suficientes para llegar por lo menos hasta donde nos llegaba la vista y regresar cuando el hambre empezase a apretar.
Como no podía ser menos la gran muralla china tiene una puerta enorme, es tan maravillosa que Lluís anonadado por tanta belleza casi se parte la crisma al tropezar con un enorme bloque de piedra que había en el suelo. Estas cosas pasan sobretodo si no te fijas por donde vas. Una vez nos recuperamos los dos, él del susto y yo de la risa pudimos iniciar la visita.
El sol apretaba de lo lindo que unido a lo empinado de las escaleras en según que zonas de la muralla hacía que las piernas pesaran más de la cuenta. La verdad es que mientras vas subiendo estás más pendiente de llegar arriba de ver lo que te rodea, eso sí, una vez por fin estás en la parte más alta te relajas y disfrutas de la vista. Si vista desde abajo era bonita estar arriba es como cabalgar a lomos de un gran dragón volador. No me extraña que hace apenas una semana la nombraran una de las nuevas 7 maravillas del mundo, sin lugar a dudas un premio bien merecido. Después de hacer unas cuantas fotos y de difrutar del paisaje llegó la hora de ir a comer así que todos al microbús.
de esta me escapé por los pelos
Lo que iba a venir despúes poco nos lo esperábamos, con un hambre de toro nos llevaron de compras a una especie de supermercado trampa, nada más llegar nos hicieron bajar del bus, había tanta gente que nosotros cuatro intentamos quedarnos dentro del autobús, cosa que la guía no nos dejó. A regañadientes entramos en aquel manicomio, era esperpéntico, estaba lleno de gente por todas partes, casi no se podía dar un paso sin tropezar con alguien. Tras dos minutos de estar allí dentro sentimos tal claustrofobia que intentamos por todos los medios encontrar la salida despesperadamente, algo que resultó harto complicado pues los mostradores estaban dispuestos de tal manera que era imposible llegar a la salida sin recorrer todo el supermercado. Como un día aquello se incendie no se podrán salvar ni las ratas.
Finalmente pudimos salir de aquel infierno para ir a parar nuevamente al autobús. La gente tardó más de la cuenta en salir del supermercado, con todo habíamos perdido una hora en aquel lugar y encima teníamos hambre. Una vez toda la tropa estaba en el autobús nos dirigimos a comer y esta vez sí, que por cierto era el restaurante que había en la primera tienda, la de las piedras de jade, ¿no te jode? toda la mañana dando vueltas para ir a parar al mismo sitio, pues digo yo que puestos a dar por culo (con perdón) que nos hubieran llevado primero al supermercado y luego a la tienda de jade si sabían que luego teníamos que comer allí mismo, ¿o es que quisieron llevarnos al supermercado con la barriga vacía para que compráramos a ciegas todo lo que se nos ponía por delante? En fín, paciencia.
La paciencia fué precisamente lo que se nos acabó tras abandonar el restaurante y ver que nuevamente nos llevaban a otra tienda, esta vez de perlas y medicina china. Primero discutimos porque no queríamos bajar del autobús y finalmente, una vez accedimos para no liarla demasiado acabamos explotando cuando intentaron hacernos entrar en una pequeña sala para hablarnos sobre las bondades de sus medicamentos. En cuanto vi aquel pasillo lleno de puertas y que nos querían meter en aquella habitación sí o sí me negué en redondo y exigí que me indicaran por donde estaba la salida. Al abrir lo que parecía la puerta de la salida nos encontramos nuevamente con la misma disposicón de mostradores en forma de "S" donde unas señoritas pretendían llamar tu atención para que compraras medicamentos, pero ni rastro de la salida. Nos estábamos empezando a poner nerviosos, eran las 15 o las 16 de la tarde, nos habíamos levantado a las 5 de la mañana y solo habíamos pasado 2 horas en la muralla china. El remate del tomate vino cuando la guía nos dijo que según el contrato estábamos obligados a entrar en aquella sala o a pagar 20 yuanes cada uno, aquí ya no pudimos más y lógicamente explotamos. No por el precio, en total 80 yuanes, que por otro lado con 80 yuanes en Beijing pasa una tarde muy agradable en cualquier terracita tomando un té o unas cervezas, sino por el hecho de tener que pagar por nuestra libertad y vernos en todo momento obligados a pasar por el tubo. La cosa se iba calentando hasta el punto que la guía de otro grupo, que supongo que ya se conocen todas se unió a nuestra guía para ayudarla a dominar la situación. No consiguió su cometido y acabamos saliendo los cuatro fuera del recinto. Nosotros no queríamos enfadarnos con la guía ya que sabíamos que ella hacía lo que la agencia le exigía, además también sabíamos que para los chinos esa es la forma normal de viajar, es más, les gusta que les lleven "de tiendas". Finalmente le dijímos a la guía que nuestra intención era la de proseguir el viaje por nuestra cuenta, que llamara a nuestra agencia en Chengdú y que arreglara las cosas porque estábamos hasta el gorro de ellos. Llamó a la agencia pero no sacábamos nada en claro así que Ruth pidió a la guía mientras esta estaba hablando con nuestra agencia que le pasara el teléfono. Yo creo que a la chica que había al otro lado del teléfono hoy, una semana después, todavía le están temblando las piernas.
Tras firmar una renuncia del contrato asumiendo que éramos responsables de lo que nos pasara a partir de ese momento por fin éramos libres. Acto seguido nos subimos al autobús y éste nos llevó al centro de Beijing. Éramos dueños de nuestro tiempo, podíamos andar por donde quisiéramos sin que nadie nos molestara. De hecho ya habíamos visitado los monumentos más representativos de Beijing, estábamos realmente cansados así que decidimos ir a tomar un té fresquito a una terracita que habíamos visto la noche anterior.
Tras descansar un poco pensamos que íbamos a hacer, el plan era claro, pasear un rato por la zona donde estábamos, buscar un buen sitio para cenar y ver nuevamente la plaza de Tiananmen pero esta vez de noche. Dicho y hecho. Si ya me gustaba Beijing del día anterior esta tarde acabó por robarme el corazón. Definitivamente me gustaría vivir en esta ciudad, lástima que haga tanta calor y humedad, pero bueno en comparación Barcelona no se diferencia demasiado en este aspecto.
Si de día la puerta de la paz celestial es bonita de noche, iluminada lo es el doble. A la plaza no se puede acceder, pues la cierran al público. De lejos se ven soldados patrullándola. Antes habíamos estado paseando por la zona más céntrica, disfrutando de las hospitalidad de los pequineses, disfrutando de los contrastes a los que ya nos tiene acostumbrados China. Solo hace falta desviarse unos metros entre dos grandes edificios llenos de luces para adentrarse en otra ciudad, más pequeña pero no por ello menos espectacular. Por momentos me recordaba a Blade Runner, me pregunto como será Hong Kong o Shanghai. ¿Conseguirán aunar en una misma ciudad tradición y modernidad de la misma manera que lo hace Beijing? De momento me tendré que quedar con la duda.
Y de esta manera transcurrió nuestro segundo dia en la capital china, algo más accidentada que la primera jornada pero que finalmente nos dejó un buen sabor de boca. A la mañana siguiente nos esperaba el palacio de verano de la emperatriz, en plena ciudad de Beijing aunque en la otra punta, pero eso ya os lo contaré mañana o pasado. Os dejo con las fotos.
martes, 10 de julio de 2007
Aviso a nuestros amigos
Os recordamos que desde China no podemos ver nuestro blog porque están censurados, es decir, si os ponéis en contacto con nosotros mediante un comentario en el blog este nos llega pero no podemos responder a no ser que nos hagáis llegar vuestra dirección de correo junto al comentario.
De todas formas el mejor método para ponerse en contacto con nosotros es hacerlo directamente desde nuestro perfil. Como podréis comprobar en el primer apartado de la parte de la derecha hay una sección titulada contribuyentes, haciendo click sobre uno de los nombres ya sea el mio o el de Ruth accederéis a nuestro perfil desde el que podréis enviarnos un email directamente a nosotros volviendo a clicar sobre nuestro nombre.
De todas formas y para hacerlo más fácil podéis enviar un email directamente a danferman arroba gmail punto com, es mi correo personal, andamos bastante ocupados pero estaremos encantados en ayudaros en todo lo que nos sea posible.
Un abrazo a todos y a todas.
lunes, 9 de julio de 2007
Beijing, la gran capital china. Cap.1
Bueno, todavía no hace ni una hora que Lluís y Guillem han iniciado su viaje de regreso que ya estoy aquí delante para narraros lo que ha sido sin duda alguna una gran experiencia en todos los sentidos. De hecho han pasado tantas cosas que lo mejor será empezar por el principio.
La primera de las sorpresas nos esperaba nada más abrir la puerta de casa para ir hacia el aeropuerto, Saya y Miho de las que nos habíamos despedido hacía apenas unos minutos sin saber cuando nos íbamos a volver a ver nos habían preparado un regalito sorpresa al más puro estilo japo, realmente simpático. No os podéis llegar a imaginar cuanto echamos de menos a Saya.
En la entrada nos esperaba nuestro chófer oficial con el que previamente ya habíamos quedado en que nos llevaría a Ruth, Lluís, Guillem y a mi al aeropuerto. El recorrido transcurrió sin incidencias, aunque no puedo decir lo mismo una vez llegamos al aeropuerto. Tras dar con la persona encargada de gestionar nuestros billetes, por si no os lo había dicho el viaje lo contratamos a través de una agencia china, nos encontramos con el primer problema. Al ir a recoger los billetes de avión nos dimos cuenta de que todos nuestros nombres estaban escritos erróneamente, todos, no se salvaba ni uno. En fin, después de 45 minutos de espera se acabó solucionando y finalmente pudimos subir al avión que nos llevaría hasta Beijing. Tras dos horas de vuelo llegábamos a la capital china a eso de las 19h.
En el aeropuerto de Beijing nos esperaba la guía y el resto del grupo con el que íbamos a compartir los siguientes cuatro dias. Nos subimos al microbus y como era de noche nos llevaron directamente al hotel, eso sí, antes de dejarnos en el hotel la guía nos torturó los oidos durante más de 40 minutos seguidos a través de los altavoces del microbus mientras nos explicaba un poco por encima la historia de Beijing.
Primera prueba superada, llegamos al hotel. Un edificio modesto pero limpio, confortable, viendo los alrededores parecia de lo mejorcito por la zona. Beijing está dividido en anillos, el más alejado es el quinto, nuestro alojamiento se encontraba precisamente en ese. Ya no hubo tiempo para más, cada uno se fue a su habitación y nos pusimos a dormir.
El dia siguiente empezó a las 6.30 cuando nos despertaron. Desayunamos churros, huevos duros para los más valientes y leche vegetal de cacahuete caliente.
La primera visita del día fue a la plaza de Tiananmen seguida del Gran Salón del Pueblo, donde se reúne actualmente el Congreso Nacional del Pueblo y finalmente la Ciudad Prohibida. Que deciros, simple y llanamente inmenso, la famosa plaza parece no tener fin, era pronto y todavía no había demasiada gente no obstante mirases donde mirases veias diminutas figuras caminando a lo lejos, un grupo de soldados que se acercaban en fila al son de un paso firme sin desviarse ni un milímetro como si se trataran de un solo bloque pasaron por nuestro lado sin pestañear.
Tras 20 minutos libres para pasear por la plaza visitamos El Gran Salón del Pueblo. La famosa imágen del auditorio con la estrella roja no pudimos fotografiarla porque estaban preprarando el escenario para una función de teatro, no obstante sí que pudimos entrar y ver lo enorme que es, hay que recordar que tiene capacidad para 10.000 personas, impresionante. Después de ver todas y cada una de las 29 salas volvimos a salir a la plaza ¿y como estaba la plaza? abarrotada.
Luego vino la Ciudad Prohibida pasando antes por la Puerta de la Paz Celestial, presidida por un enorme retrato de Mao. Gente gente y más gente por todas partes, la ciudad es muy bonita, es cierto, pero llena de gente hasta la bandera, lo que sigo sin entender es que los chinos estén viendo unos monumentos tan bonitos y se empeñen en hacerse fotos con nosotros, no deja de tener su gracia estar delante de la Puerta de la Paz Celestial, la del retrato de Mao y que te pidan hacerse una foto contigo, a mi no me importa sobretodo si se trata de un grupito de chicas, por mi encantado.
Una vez dentro de la Ciudad Prohibida no tardamos mucho en separarnos del grupo no sin antes negociar con la guía, finalmente quedamos en reunirnos a la salida. Tras más de dos horas deambulando por la Ciudad nos fuimos a comer todo el grupo juntos.
Después de llenar el buche nos llevaron a un Hutong, se trata de una especie de zona residencial cerrada muy típica en Beijing. La gente vive en pequeñas casitas rodeadas de jardines y parques, este que visitamos nosotros era de los más bonitos. Muchos han desaparecido pero parece ser que las autoridades chinas han comprendido el valor no solo turístico que tienen estos barrios tan entrañables sino que son una parte importantísima de su cultura y los están intentando mantener. Tras la visita al Hutong nos llevaron al centro de Beijing a pasear, la idea era visitar la zona más comercial de la ciudad, nosotros volvimos a separarnos del grupo, quedamos con la guía que ya nos espabilaríamos para volver al hotel.
Esta era la nuestra, toda la tarde libre para pasear libremente por el centro de Beijing. Creo que fue en este momento cuando me enamoré de la ciudad. Beijing es un pedazo de ciudad, pocas veces me he sentido tan a gusto paseando por una megalópolis, la sensación era la de estar paseando por una ciudad grandiosa pero con la comodidad y las ventajas de los pueblos pequeños, siempre salvando las distancias claro. En solo dos noches que pasamos paseando por las calles de Beijing encontramos multitud de rincones, terrazas y lugares magníficos para pasar un buen rato comiendo, tomando un té o simplemente charlando con los amigos o leyendo un libro o revista. Después de cenar por todo lo alto Pato al estilo Pequín y otras muchas delicias y de pasear para digerir un poco la cena cogimos un taxi hasta el hotel.
Quisiera aprovechar este momento para hablar de los pequineses. En Chengdú tenemos muchos amigos norteamericamos y koreanos que han viajado a Beijing y todos, incluso los propios estudiantes chinos que aquí conocemos, nos habían hablado bastante mal de los Pequineses. !Todo mentira¡ Son encantadores, para deciros que incluso uno de los taxistas que nos llevó al hotel al ver que nos había gustado mucho la música tibetana que llevaba puesta acabó por regalarnos el cd de música. En fin, que no me importaría nada pasar una buena temporada en Beijing, de hecho nos lo estamos planteando, si dentro de uno, dos o tres años la empresa evoluciona favorablemente es más que probable que acabemos por ir a vivir a la capital una temporada, y si la empresa no funciona pues también, para que andarse con tonterias. Esa noche llegamos al hotel a eso de las 0.00 h, estábamos agotados, la verdad es que el primer dia en Beijing había sido maravilloso, nada que ver con lo que nos esperaría al dia siguiente, pero eso ya os lo contaré mañana.
domingo, 8 de julio de 2007
Dani, per molts anys!
Avui en Dani ja en fa 29! uau!!!
Ja fa més de 8 anys que estem junts, el temps passa volant i nosaltres ens anem fent grans.
Ja fa més de 10 mesos que estem a la Xina, aviat un any, un any de frontera entre la por i les ganes de viure, entre el risc i les ganes de conèixer.
Estar sent un any fantàstic que ens està enriquint i que ens ajuda a fer-nos grans.
Estem coneixent altres mons i cultures, nous amics, nous camins, nou futur, noves experiències i d'alguna manera entre nosaltres dos compartim les ganes de seguir junts, d'emprendre un negoci i d'alguna manera començar una familia. Ojo! encara no!
Primer ens les haurem d'arreglar per muntar-nos en el dolar si no la nostra família no podrà tirar endavant!!
:)
Cumpleaños superfeliz
Teniendo en cuenta que nací en Barcelona el dia 8 del 7 del 78 a las 8.30 h. más o menos, resulta que todavía no puede decirse que haya cumplido los 29, ya que justo en el momento en el que estoy escribiendo estas líneas son mis 10h de la mañana, de manera que tendré que esperar a las 14.30 h. (recordad que en Barcelona son 6 horas menos que aquí) para llegar a la hora exacta de mi alumbramiento, momento en el que sí podrá afirmarse rotundamente que ya tengo 29 años.
Dejo de cumplir veintitantos y eso va acompañado de la aparición de las muelas del juicio que me están saliendo, pelos en las orejas que no me mola nada de nada y una tripita que poco a poco redondea mi figura aunque eso lo solucionaré al llegar a Barcelona con un poco de gimnasio.
Bueno os dejo con las fotos que tomamos ayer en el restaurante.
lunes, 2 de julio de 2007
Descobrint el Tibet
Tant sols baixar de l’avió, ja notes la falta d’oxigen, estem a més de
Arribem a Lhasa i els nostres ulls queden impactats per l’espectacle: amples carrers, botigues diverses ( des de ferralla fins a sex-shops ), persones grans i joves de pell fosca pel carrer, i entre la diversitat d’edificis força baixos veiem per fi el POTALA. Uns sols segons són suficients per fer-nos a la idea del imponent palau de l’exiliat Dalai Lama i la seva secta, com els anomena el Guillem.
Provem de descansar unes hores, però la curiositat i les ganes de marxar de la freda habitació d’hotel ens fa fer una volta per l’illa enorme de cases per les que avancem a pas de jubilats artrítics esbufegant tota l’estona. I es que intentar fer més d’una cosa a
Al dia següent visitem la ciutat amb el nostre “xinese group”, on ningú parla anglès i així ens endinsem pels temples de la ciutat sense entendre ni una paraula, però frapats pel conjunt de sensacions que ens embarga: sorpresa, excitació, sofocs, compassió perplexitat... Les olors humanes, molt fortes, es barregen amb l’olor a Yak ( animal del que se n’aprofita tot, especialment el greix que crema en els bols metàl·lics que donen llum als temples ), i totes aquestes olors tiren cap enrere. A fora un grup de fidels s’agenollen una vegada i una altre fins a quedar estirats de panxa al terra. Això ho fan sense descans, dia i nit, dia i nit... Per fi arribem davant del impressionant Potala, és magnífic, gran i imponent. S’enfila per escales serpentejants, damunt d’un turó des del que s’observa tota la ciutat als seus peus. És una meravella més del món feta per la mà de l’home, la mateixa mà que després és capaç de doblegar i expulsar a un poble, el tibetà.
La grandiositat del temple sagrat contrasta amb el seu deteriorat estat intern, poc il·luminat i vell, narrador del pas del temps. Però tot i això no perd el seu esplendor, les seves parets ricament decorades i els seus gegants mandales i tombes, algunes de més de
Tant sols aquesta visita ja compensa tot l’esforç, econòmic i físic d’anar al Tibet. Aquest esforç es veurà doblement recompensat quan ens perdem pels voltants de Lhasa i entrem en contacte amb els vertiginosos paratges que el Tibet ofereix. Grans muntanyes, meravellosos llacs d’un blau com el cel, rius caudalosos i la seva gent dispersa per l’extens i erm territori.
La ciutat de Lhasa amaga poc més atractiu. Les antigues costums es veuen abocades a un carrer sense sortida per l’avenç imparable del capitalisme que ja envaeix la ciutat amb botigues de marques de tot el món: Nike, Addidas, Kappa, Playboy...; plenes de dependentes i buides de gent; tot el contrari de la ciutat on en els seus carrers hi conviuen xinesos, tibetans, monjos, turistes i llums de neó que ja despunten per tota la ciutat.
Ah, i també un parell de turistes catalans embadalits per tants contrastos!!!
Hoy partimos hacia Beijing
Serán casi cinco dias en los que visitaremos la capital China, sus monumentos, sus obras preolímpicas y como no sus tiendas ya que al ir con agencia de viajes casi te pasas más tiempo en las tiendas de souvenirs que visitando los monumentos, pero bueno, ya se sabe que en todas partes es siempre igual, que se le va a hacer. El viernes volvemos espero que con muchas cosas que contar, todas buenas y muchas fotos que mostrar.
Por otro lado ayer celebramos una especie de despedida con Saya, ya que el miércoles vuelve a Nagoya y ya no la volveremos a ver hasta el año que viene cuando viajemos a Japón (lo espero con todas mis fuerzas). Fuimos a cenar otra vez al restaurante Brasileño, no se trata realmente de un restaurante brasileño, simplemente que lo llaman así, es self-service y puedes comer tanto como quieras. Está bien. Luego fuimos otra vez al karaoke, cuyo momento más emotivo fué cuando Ruth y Saya se pusieron a cantar juntas una canción en Chino muy de moda, habla de la amistad y el amor, empezaron muy bien pero a media canción se pusieron a llorar como dos madalenas, la verdad es que no está siendo nada fácil despedirse de tanta gente a la que has estado viendo durante todo el año y que a la gran mayoría no volveremos a ver nunca más.
Lluís y Guillem desafortunadamente no pudieron venir debido a problemas gástricos, esperemos que hoy se sientan mejor, es difícil acostumbrarse a la comida de aquí.
Ah, antes de acabar, sé que Guillem ha estado escribiendo sobre la experiencia que pasaron en el viaje al Tíbet y que cuando lo tenga acabado lo publicará en este blog, no os lo perdáis porque hay anécdotas realmente increibles.
Bueno, hasta dentro de cinco o seis dias.